Un cuento de terror: El anillo maldito

El 13 de Abril de 2003, en el Oriente de Cali en el barrio El Vallado Carlos. Lucia y Juan, los hermanos Díaz planearon una salida al km 18. Tomaron camino siendo las 8 de la noche, en el trayecto escuchaban música y tomaban licor. Llegaron a la curva del cerezo, Carlos quién manejaba frenó con mucha intensidad, todos asustados pues creían que habían atropellado con algo o con alguien, lucía alcanzó a observar que una persona se lanzó hacia el abismo entonces bajaron del carro a buscar rastros. Juan vio un resplandor se acerco y lo que encontró fue un anillo, dentro de un cristal se veía un ojo; luego escucharon gritos escalofriantes y el césped se movía por el fuerte viento, aterrorizados decidieron volver a casa.
Fueron a ofrecer el anillo a la compra-venta de don chucho; el dijo que se lo dejaran y que él lo revisaría y así poderlo comprar.
Éste al revisarlo, teniéndolo en sus manos sintió un fuerte calor en la palma de su mano, observó que el ojo que tenía el anillo brotaba sangre. Horas después volvieron los jóvenes en busca de una respuesta. Don chucho alterado les dijo que no se los podía recibir porque poseía una maldición.
Después los jóvenes fueron en busca de un espiritista, le explicaron lo acontecido, él busco un libro sobre hechizos de objetos, en una de las páginas encontraron el significado de aquel anillo. En él decía que todo aquel que lo posea padecerá tormentos y hechos inexplicables: que al tercer día la LAMIA más conocida como el demonio, éste se robaría el alma de aquel que lo posea.
En este instante quisieron deshacerse del anillo pero les dijeron que por más que quisieran la maldición iba a caer sobre ellos.
Al llegar a casa agotados por el día que tuvieron se acostaron temprano pero de repente sintieron un fuerte viento, las lámparas se movían, las puertas se azotaban con intensidad, veían sombras que los rodeaban. Después de 10 minutos todo se tranquilizó.
Al día siguiente cada uno hace sus labores, Carlos, Juan que se encontraban trabajando en su taller sentía pasos alrededor del. Ese día regresaron a casa y ambos le contaron a Lucía lo que les había pasado, hoy ellos pensaron si lo dicho por el espiritista era verdad. Esa noche se erizaban y sentían mucho frío, se fueron a dormir sin darle mucha importancia de pronto se fue la luz en toda la casa y empezaron a sonar extraños ruidos como golpes y goteos, inexplicablemente objetos volaban por la casa golpeándolos a ellos fuertemente. Lucía asustada por lo sucedido empezó a gritar: ¡voy a morir tengo miedo! Carlos le decía que se calmara que nada le pasaría porque ellos la cuidarían. Al momento, todo volvió a la normalidad.
Asustados de esas anomalías decidieron enterrar el anillo. Empezó a brotar sangre y a calentarse hasta quemar la mano de ellos igual a lo que le había pasado a don chucho.
Volvieron donde el espiritista para pedir ayuda él les dijo que la LAMIA no descansaría hasta llevarse el alma de alguno de ellos. “otra persona que les puede ayudar es un MEDIUM que es la persona que tiene contacto con seres del mas allá”. Decidieron contactarla para liberarse de la maldición.
Al empezar el ritual ella le dice que primero hay que sacrificar un animal, del cual se beberá su sangre, para así eliminar la maldición. Empezaron a beberla cuando de pronto llegan los espíritus que comienzan a azotar todo lo que había alrededor, la médium dice “salgan espíritus de este lugar”; el asistente de ella corto una soga que estaba atada entre la médium y los jóvenes y de esta manera deshacerse de la LAMIA. De pronto entra el demonio con una risa macabra y les dice que nadie puede con ella; posee el cuerpo de Juan y empieza a golpear a todos hasta hacerlos volar estrellándolos contra las paredes ellos con desespero lloran, gritan y lo maldicen. Juan quien posee este demonio se lanza hacia lucia, le entierra un cuchillo en el pecho y la mata.
El piso se empieza abrir el fuego de los infiernos y el demonio arrastra el cuerpo de Lucía y se lo lleva. Carlos desesperado y con mucho dolor insulta la MEDIUM, ella dice que no fue su culpa y que por segunda vez se lleva otra alma. Los jóvenes con desespero y culpa piensan que lo único que pueden hacer es pedirle a Dios que donde esté la cuide.
Fin